Natación y Raqueta a partes iguales

Las Piscinas de Tordesillas, Arroyo de la Encomienda, Peñafiel, Tudela de Duero, Íscar y Medina de Rioseco congregan en total a 470 niños para mostrar las primeras enseñanzas de la actividad acuática. de este programa organizado por la Diputación.

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Después de tres jornadas celebradas, ya en el ecuador del programa, las evoluciones de los pequeños se dejan notar. Los casi cuatrocientos setenta prebenjamines (niños y niñas de 4 a 7 años de edad) que vienen participando en esta actividad “Aprendiendo a nadar” promovida desde la Diputación Provincial de Valladolid ya se saben algunas de las escalas de memoria. Primero, o en algunos de los casos después, juegos con la raqueta de protagonista: tenis, bádminton, tenis de mesa, palas… Después, toca ponerse el bañador, el gorro, las gafas, las chanclas y la toalla y poder disfrutar de la piscina cubierta con buena temperatura. Siempre, previo paso rápido por las duchas, los niños ya entienden el agua como algo familiar.

Con manguitos o el conocido churro, con más o menos miedo, los más pequeños ya osan tirarse desde lo alto del hinchable –la roca-, o desde el tobogán. Hasta el calentamiento, moviendo primero los pies en  el pataleo y después las manos y brazos de manera alternativa, forma parte de las acciones a realizar metódicamente. La cara y la nuca también deben mojarse antes de entrar en el agua. Es una manera de aprender jugando que se viene desarrollando desde comienzos de año en siete piscinas de la provincia. Ya que dentro de muy poco estos pequeños sabrán nadar casi a la perfección. Aun les restan otras tres sesiones para mejorar su aprendizaje.

Así Tordesillas, Arroyo de la Encomienda, Íscar, Medina de Rioseco, Tudela de Duero y Peñafiel abren la tarde de los sábados esta actividad a los más pequeños de los propios pueblos y limítrofes. El programa desde una perspectiva educativa tiene el objetivo de la utilización de diversos juegos que permitan desarrollar las habilidades motrices en el agua. Los pequeños y pequeñas trabajan el equilibrio, los giros, los saltos, los desplazamientos, las inmersiones de forma que les permite convivir con sus amigos y con un medio como es el agua cada vez más cercano.

Como complemento, la actividad de raqueta, pala y pelota es la más adecuada para iniciar al niño en las capacidades coordinativas: coordinación dinámica general y, sobre todo, coordinación dinámica específica (óculo–manual). Durante el mes de marzo y abril siempre en fin de semana los pequeños repetirán las sesiones y la actividad hasta completar las seis jornadas dedicadas a “Aprendiendo a nadar”, complementado con la formación en raqueta.

El resultado tras una tarde de esfuerzos se ve plasmado en la sonrisa con que cada uno de los participantes abandona la piscina y es recogido por sus padres para volver a casa. Dentro de una semana continúa la actividad. Más raqueta y más piscina. A algunos se les va a hacer hasta larga la espera.