Megeces y Viana de Cega celebraron las festividades de Las Candelas y San Blas
La primera semana del mes de febrero está plagada de importantes festividades y sin duda, además de la de Santa Águeda, celebrada el día 5 con especial repercusión entre asociaciones y colectivos de mujeres, se encuentran las de la Virgen de la Candelaria y la de San Blas los días 2 y 3 respectivamente.
Pueblosycomarcas.com; @PueblosComarcas
Megeces y Viana son dos de los municipios de Tierra de Pinares en las que estos dos días están señalados en el calendario como festividad.
Especial relevancia tiene para los megezanos la celebración de su Virgen de las Candelas, y así, a la una de la tarde del domingo, las voces de la coral de la localidad bajo la dirección de José Pinilla Sansegundo, arropaban la entrada de las autoridades, comandadas por el alcalde, Abel Manso Catalina, al coqueto templo de Santiago Apóstol y se daba comienzo a la liturgia en honor a la patrona de la localidad. Durante la homilía de la misa Antonio Martín, párroco titular del “lugar donde se recoge la cosecha” –significado árabe del vocablo Megeces-, hacía alusión a la celebración de esta festividad recordando el pasaje bíblico de la presentación de Jesúsen el templo de Jerusalén después de su nacimiento y la purificación de María. La iconografía de la Virgen de la Candelaria se basa en este episodio y se representa a María sosteniendo la candela o vela de la que toma nombre y llevando una canasta con un par de tórtolas. Tras la misa, las puertas del templo megezano se abrieron para que diera lugar la procesión por las calles de la villa de la talla de María a hombros de varias feligresas y con parada obligatoria para bailar unas jotas.
Al igual que en Megeces, Viana de Cega celebró misa en honor a la Candelaria en el medio día del domingo, y al igual que en Megeces, San Blas fue el protagonista de la jornada de ayer lunes. A las doce y media del medio día, bastón en mano y recibido por el párroco Julio de Miguel, cruzaba el umbral de la iglesia de Viana de Cega el alcalde, Alberto Collantes, para junto a otras autoridades locales y algún concejal de pueblo vecino presenciar la eucaristía en honor al santo armenio, obispo y mártir, a cuya figura, modelo de cristianismo, estuvo dedicada la homilía. Tras la misa, y a pesar de que las inclemencias del tiempo, con fuerte viento y algo de lluvia, no animaban a arrancar la procesión, finalmente se tomó la decisión de realizarla “para que el santo bendijera las calles del pueblo”, protegiendo la imagen con un plástico. Numerosos vecinos no pararon de bailar jotas delante del San Blas viandero al ritmo del trío de dulzaina, redoblante y bombo, mostrando también enormes muestras de cariño y devoción y besando la talla una vez finalizado el recorrido y depositadas las andas sobre el porche de la iglesia. Tras la procesión, todos los vecinos que lo desearon pudieron participar de un vino español en la carpa instalada en Plaza Mayor dando fin así a las fiestas de invierno del municipio.