Llega ´El tiempo en mi piel`, nuevo disco de Angel Lévid

  • El músico vallisoletano presenta el próximo 23 de febrero, a las 20:30 horas, en la sala Concha Velasco del LAVA de Valladolid, su sexto trabajo discográfico, con el que celebra el 10° aniversario de su banda, Lévid Folk, en los escenarios

 

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Angel Lévid dará a conocer el próximo 23 de febrero en la sala Concha Velasco del LAVA de Valladolid su nuevo álbum, ‘El tiempo en mi piel’, un trabajo que incluye 12 temas nuevos con ritmos pretéritos, combinados con letras y melodías recién llegadas del mundo de las musas.

Con este trabajo, el músico vallisoletano suma su sexto disco y celebra a la vez el décimo aniversario de su banda, Lévid Folk, en los escenarios.

Lévid ha contado de nuevo con amigos músicos en las colaboraciones, algo que no podía faltar como suele ser habitual en todos sus anteriores discos. El violín de Águeda Sastre Zamora, la dulzaina de Francisco García Olmedo, las voces y panderetas de la escuela de Cris Zagaleja, la flauta travesera y la voz de Cristina Ortíz Monreal y la voz de Erica Hernández Velasco enriquecen las nuevas canciones, además de los músicos habituales de Lévid Folk. Todo ello prologado con un emotivo texto de Carlos Javier Monje Pindado.

Lévid Folk es la formación con la que Angel Lévid lleva a los directos el repertorio de los cinco discos editados hasta el momento. ‘Tradición Contemporánea’ (2013), ‘Lévid… echando canciones’ (2015), ‘Las Manos se me escapan’ (2017), ‘A la vera de La Esgueva’ (2018), ‘A Caramelo’ (2020) y el ‘El tiempo en mi piel’ (2022). Estos tres últimos álbumes incluidos en la lista de los mejores discos del año 2018, 2020 y 2022 que elabora la revista especializada Diariofolk. 

Toda la riqueza rítmica de la música folk de la tierra queda reflejada en los directos que la banda de Angel Lévid sube a los distintos escenarios, enriquecidos con nuevas melodías y letras, haciendo de su espectáculo algo dinámico, novedoso y fresco, sin perder ese carácter de la música que hacían y bailaban nuestros mayores.

Zanfonas, guitarras, moraharpa, cajón, tar, pequeñas percusiones, bajo, dulzaina, pito castellano, flauta y tamboril… se suman a las voces, lo que permite presentar una riqueza instrumental y visual en los conciertos que el espectador siempre agradece.