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Libertad, libertad, libertad: La iglesia de Montemayor

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Si los curas y frailes supieran / la paliza que van a llevar / subirían al coro cantando / libertad, libertad, libertad. Esta era la letra anticlerical que muchos radicales de izquierdas de la época, le ponían al himno de Riego, marcha oficial de la Segunda República Española.

Borja García Carvajal, Presidente de NNGG del PPValladolid

La cuestión de la religión se convirtió en tema capital para la división ideológica entre izquierdas y derechas. Con la llegada de la democracia y de la libertad, muchos pensamos que aquellos rencores habían quedado enterrados en el pasado, pero parece ser que para algunos siguen muy vivos.

La religión debería estar al margen de ideologías. En la sociedad actual hay ateos, agnósticos, católicos no practicantes, católicos devotos, etc. tanto de izquierdas como de derechas. Confundir en pleno siglo XXI la religión con la ideología es propio de personas sectarias e irracionalmente ideologizadas. Sin embargo y por desgracia esto sigue pasando en muchos lugares de nuestra geografía y más aún en muchos responsables políticos a los que les importan más su rencor, que las personas.

Este es el caso acontecido estos días en Montemayor de Pililla. La corporación municipal, dirigida por un alcalde del Partido Socialista en coalición con Izquierda Unida ha decidido no solicitar una subvención de 24.000 euros a la Diputación de Valladolid para la conservación y reparación de iglesias y ermitas. Una vez conocida la sorprendente decisión, el párroco del municipio, dio cuenta a sus feligreses de lo acontecido, tras lo cual, fue citado por el ayuntamiento para dar explicaciones por haber informado a los vecinos.

Cuestiones jurídicas, técnicas, problemas de plazos, de incompatibilidades, de oportunidad… Muchos hubieran sido los posibles argumentos razonables para respaldar la no solicitud de la subvención dentro del responsable ejercicio de gobierno, pero los motivos no eran razonables ni mucho menos. La corporación ha alegado, y cito textualmente que:

“En un estado aconfesional, las instituciones no tienen que dedicar dinero público a conservar el patrimonio privado de una institución religiosa, que además no contribuye en nada para el mantenimiento de bienes y servicios como hacemos el resto de la sociedad. No paga Contribución (IBI), ni impuesto de Construcciones (ICIO), ni Transmisiones Patrimoniales, …”

Dejando de lado las valoraciones que me vienen a la cabeza sobre el sectarismo y el rencor acumulado que demuestran estos pelajes, me gustaría dejar clara una triple distinción que todo alcalde tendría que tener clara: una cosa es la ideología de cada uno, que es diferente y no debería nunca perjudicar el bienestar de los vecinos, y es absolutamente diferente y no debería interferir nunca con el deber de conservación del patrimonio artístico y cultural de nuestros municipios y de nuestra provincia.

Desde el punto de vista de los vecinos, el abandono del alcalde es palmario. Muchos de los habitantes de Montemayor, acuden regularmente a la iglesia de su pueblo para expresar y vivir con total y absoluta libertad su fe. ¿Acaso esos vecinos no tienen derecho a recibir una subvención para reparar su templo en iguales condiciones que otros vecinos de otros pueblos de la provincia? ¿Por qué el alcalde de Montemayor les niega sus derechos? ¿No respeta la libertad de culto?

Desde el punto de vista de la conservación del patrimonio artístico y cultural, es más flagrante aún, si cabe. La Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena es uno de los símbolos identitarios de Montemayor de Pililla, parte de su cultura y de su historia desde el Siglo XVII en que fue construida. Todavía recuerdo horrorizado la destrucción de los budas gigantes de Bamiyán por parte de los talibán. ¿Eso es lo que quiere el alcalde de Montemayor para nuestra sociedad? ¿No le importa que nuestra cultura y nuestra historia desaparezca? ¿Su ideología está por encima de la historia y del patrimonio de todos?

Hechos como éste hacen que tema que algún día los peores errores de nuestra historia se vuelvan a repetir. El alcalde de Montemayor debería pensar más en las personas y dejar de lado sus prejuicios ideológicos y sus ideas sectarias. Y los vecinos del pueblo tendrán en su mano, en poco más de un año, evitar que quienes quieren acabar con la libertad, gobiernen en su municipio.

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