La Junta programa seis actuaciones arqueológicas con una inversión de 55.000 euros durante 2022 en Valladolid

  • Durante el año 2021 se ejecutaron un total de 13 actuaciones arqueológicas con una inversión de más de 120.000 euros

 

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El Servicio Territorial de Cultura y Turismo de Valladolid, en coordinación con la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, prevé realizar seis actuaciones arqueológicas en Tiedra, Peñafiel, Simancas, Pollos, Villalar de los Comuneros y Tordesillas durante el año 2022, como parte de la labor que desarrolla anualmente. Las actividades están relacionadas con la investigación, prevención, protección, conservación y difusión del Patrimonio Arqueológico y supondrán una inversión de unos 55.000 euros sufragados con Fondos FEDER, a cargo del programa ‘Europa Impulsa Nuestro Crecimiento’. Estas actuaciones se sumarán a otro paquete de medidas similares que serán impulsadas por la propia Dirección General dentro de la provincia.

DAÑOS POR FURTIVISMO

Una buena parte de estas actuaciones programadas tienen como objeto peritar daños en diversos yacimientos, algunos tan señeros como la Ermita Vieja de Tiedra o Pintia. Lamentablemente, en los últimos dos años han crecido de manera preocupante los daños causados al Patrimonio Arqueológico por los llamados ‘piteros’. Dentro de esta denominación se agrupan diversos perfiles de personas que hacen uso del detector de metales y que, por diversas razones, ya sean intencionadas (acciones furtivas dirigidas al saqueo de yacimientos) o no intencionadas (desconocimiento de la normativa), han actuado indebidamente afectando de manera negativa al Patrimonio Arqueológico.

A diferencia de otro tipo de actividades que causan daños muy llamativos y notorios, que provocan incluso alarma social, el uso del detector provoca un daño de bajo perfil, difícilmente apreciable por personas ajenas a la propia disciplina arqueológica, cuyos efectos solo se advierten a largo plazo, pues son acumulativos: se acaba limpiando los campos de pequeños hallazgos asilados que son tan importantes o más para la comprensión del pasado como los propios yacimientos arqueológicos.

Este daño colateral, minusvalorado no solo por parte de quienes hacen uso de este tipo de aparatos, sino por buena parte de la sociedad, es equiparable al que se produce cuando se visita un monumento y cada visitante se lleva una pequeña piedra. Así, de manera individual no se aprecia el daño, pero cuando miles de personas acaban realizando la misma acción, el daño es irreversible y de gran alcance. De hecho, la primera consecuencia es que la Administración debe invertir fondos para valorar los daños producidos por estas acciones, ligados a los imponderables de los procedimientos penales abiertos al respecto, fondos que deben detraerse de los previstos para investigación, conservación y difusión del Patrimonio Arqueológico.

BALANCE DE 2021

Las actividades previstas se suman a las desarrolladas por este mismo organismo en años anteriores. Durante 2021 se ejecutaron 13 actuaciones arqueológicas que han atendido a diversas necesidades y han supuesto una inversión de 121.026 euros, también a cargo de con Fondos FEDER.

Dentro de las intervenciones realizadas cabe mencionar los resultados de varios trabajos, entre ellos, el de la excavación de tumbas anejas al yacimiento de El Horcajo-La Solana en Castrillo de Duero, en la que se ha documentado parte de una necrópolis de la tardo-antigüedad, fechada entre los siglos VII-VIII. También destaca la excavación del yacimiento de El Picacho de Olmos de Peñafiel, en el que se ha conseguido documentar la traza de una antigua iglesia cuya base estaba excavada en la roca, relacionada con una necrópolis rupestre en uso desde la Tardoantigüedad (siglo VI) hasta la Plena Edad Moderna (siglo XV). Además, en la excavación en el castillo de Tordehumos se han descubierto unos 45 metros lineales de muralla que permiten completar el perímetro en la zona SE del castillo y disponer de una adecuada visión de los paramentos exteriores de la fortaleza.

Destaca también la documentación arqueológica de las casas-cueva de Trigueros del Valle, donde se han documentado dos de las casas-cueva de la localidad, liberando tanto las estancias interiores de las viviendas, donde se disponían cocinas y hornos con sus chimeneas, suelos pavimentados, pequeñas cuadras, dormitorios, como las de acceso al exterior con zonas pavimentadas y delimitadas por cercas de piedra. En el estudio del campo de batalla de Villalar en Villalar de los Comuneros y Marzales se localizaron con precisión restos materiales vinculados a los hechos acontecidos en 1521.

Además de estas intervenciones, se han desarrollado otras de diverso calado que tienen que ver con la delimitación de Zonas Arqueológicas, renovación de cartelería explicativa, peritación de daños sobre el Patrimonio Arqueológico, documentación de hallazgos casuales, analíticas de materiales arqueológicos del Museo de Valladolid, documentación del Patrimonio Etnoarqueologico e investigación en bienes concretos. Así, la actividad se ha extendido, además de lo señalado, por Bocigas, Peñafiel, Pesquera de Duero, Rueda y Villalba de los Alcores.