La Escuela de Dulzaina Tierra de Pinares de Aldeamayor echa el cierre al curso

Con una gala en la Casa de Cultura de la localidad en la que participaron todos los alumnos que conforman la Escuela, se pone el punto y final al curso con los deberes y objetivos cumplidos.

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Allá por el mes de octubre se inició el curso para una de las escuelas musicales más antiguas de la provincia y que ha evolucionado a lo largo de los años, manteniendo a la dulzaina como instrumento rey y sobre el que pivota la actividad, pero sabiendo adaptarse a nuevas tendencias y superando ampliamente el binomio dulzaina –redoblante.

Todos y cada uno de los integrantes de la escuela mostraron ante el público el pasado sábado lo aprendido durante estos meses. Con ocho niveles distintos de aprendizaje, con un curso de baile tradicional como principal novedad del curso 2012-2013 y con un segundo disco en el horizonte, nueve meses después, cual de un parto se tratará, es hora de valorar el día a día de las actividades del colectivo.

“En la tarde del sábado –comenta Luis A. Fernández, director de la Escuela- celebramos el fin de curso en la Casa de Cultura organizandos una jornada de convivencia entre todos los alumnos para que mostraran lo que han aprendido durante el curso y al mismo tiempo tuvieran la oportunidad de hacerlo ante un auditorio lleno sintiéndose protagonistas de la velada. La experiencia ha sido muy positiva puesto que muchos grupos no coinciden en horarios y en actos como el del sábado la gente que no se ve semanalmente puede intercambiar pareceres e incluso conocerse. Desde el punto de vista didáctico, lo que se intenta es que desde los primeros niveles, los más bajos, los alumnos vayan familiarizándose con el instrumento y con el lenguaje musical y que sean conscientes de que con trabajo y esfuerzo se puede llegar a tocar muy bien. Además, durante las actuaciones hubo gente del grupo de bailes que se animó y subió al escenario a marcarse algún paso. Por último compartimos un refresco y seguimos con la fiesta.

En lo que se refiere a la parte académica, los objetivos que nos marcamos a principio de curso se han cumplido con creces ya que en enero tuvimos que reajustar los grupos dado que los alumnos que entraron en los niveles más bajos ya habían logrado alcanzar los objetivos del grupo. Con los niveles altos estamos trabajando en la grabación de un segundo disco que aunque va despacio promete unos resultados muy buenos. Además vamos a contar con numerosos amigos para que no sea solo un disco de dulzaina. Ni siquiera nos marcamos una fecha para que vea la luz puesto que priorizamos el resultado final a los plazos”.

La responsabilidad ante el alumno

Uno de los rasgos característicos de la Escuela de Dulzaina Tierra de Pinares es el hecho que a sus puertas llaman personas de otros municipios para aprender a tocar la dulzaina. Podríamos decir que la escuela ha superado el ámbito local para adquirir un status de supramunicipalidad. “Esto es algo de lo que se habló hace más de diez años –señala Luis Ángel-. Creo que fue cuando grabamos el primer disco de la mano de Cayetano Morales cuando se planteo la conveniencia de abrir la escuela a gente de otros lugares puesto que detectamos que en los pueblos del entorno había muchas personas con una inquietud por la música y por la dulzaina, y nos veíamos en la obligación de atender esa necesidad. No sólo contamos con alumnos de los pueblos de la comarca sino que hay gente de otras provincias como León o Salamanca que viven en Valladolid y se acercan semanalmente a Aldeamayor. Hay personas que vienen desde Palencia o Segovia e incluso hemos tenido alumnos que han venido desde Aranda de Duero. Que esta gente esté gastando un montón de su tiempo para participar de algo que nosotros ofrecemos es una responsabilidad que nos tenemos que tomar en serio. Como resultado de todo ello hay grupos bastante estables que tocan muy bien aunque lo que más se vea en es el grupo de gente –el más avanzado- que tocamos habitualmente en actos, conciertos o medios de comunicación.