La economía de Castilla y León: “resiliente, resistente y equilibrada”

  • De Margarida: “La evolución de la economía regional en 2023 será más débil que en el pasado año, pero con un debilitamiento mucho menor de lo esperado”

 

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Ayer miércoles, el Servicio de Estudios Económicos (ECOVAEstudios) ha presentado el Observatorio Económico de Castilla y León correspondiente al cuarto trimestre de 2022, así como las perspectivas para el año 2023, el cual ha concluido que “estamos ante una economía más resiliente, resistente y equilibrada”, tal y como ha expresado su director Juan Carlos De Margarida.

“La evolución de la economía regional en 2023 será más débil que en el pasado año, pero con un debilitamiento mucho menor de lo esperado, ya que la inversión y la producción de las empresas empieza a respirar, además de tener la capacidad de mantener el empleo”, ha declarado De Margarida.

No obstante, las variables analizadas han puesto de manifiesto las consecuencias de la inflación, que aún persiste, pero con menos voracidad: “los factores que incrementaron la inflación están disminuyendo, ya que se han reducido los cuellos de botellas de las producciones, la corriente de dinero líquido por parte del BCE, así como el incremento de las materias primas, gas y petróleo”. Aunque el director de ECOVAEstudios ha considerado que “la inflación subyacente es más complicada y lenta a la hora de reducirla, lo que hace que los datos sigan siendo preocupantes al no lograrse retomar la cuesta abajo inflacionaria, aun con la rebaja del IVA de una amplia cesta de alimentos”.

Durante la rueda de prensa, el Observatorio ha arrojado conclusiones como que “existe un riesgo inminente de desatar posibles efectos de segunda ronda, con un alza de precios y salarios que pueden acabar enquistando la inflación en la economía”. Todo ello lleva a “focalizar los esfuerzos del Estado hacia los hogares con menor renta, que son los más vulnerables, al ser los que están más expuestos a la volatilidad de los precios, y que acaparan gran parte de su presupuesto impactando en su poder adquisitivo”.

De Margarida ha centrado también la atención en las subidas de los tipos de interés realizadas por el BCE, pues “están surtiendo el efecto deseado, aunque no con la celeridad que se esperaba”. No obstante, se debe tener precaución, pues “los tipos de interés no deben forzar en exceso la política monetaria haciendo peligrar la estabilidad financiera y económica provocando una recesión que podría llegar a transformarse en una estanflación sin precedentes”.

En su análisis se han detectado diversas contradicciones que no ayudan al crecimiento económico, pues “la política fiscal está sosteniendo artificialmente la demanda, justo el efecto contrario de lo que se persigue con la política monetaria y las subidas de los tipos por parte del BCE”, ha enfatizado De Margarida.

Como conclusión, el panorama económico de Castilla y León muestra señales de debilitamiento económico, “aunque con notas de resiliencia, resistencia y equilibrio”. A pesar de ello, “una economía creciendo entre el 1% y 1,5%, con una inflación por encima del 5% y una preocupante elevada inflación subyacente tiene todos los visos de poder entrar en recesión, aunque es un riesgo que se desvanece al prever un crecimiento económico débil, pero constante, en el segundo semestre del 2023”.

El Director de ECOVAEstudios ha señalado que “la economía de Castilla y León se encuentra con la fortaleza suficiente que sustenta un crecimiento sostenible al tener una potencial de recuperación de los sectores empresariales, una disposición a aprovechar los Fondos Next Generation, y un crecimiento estructural con recorrido al alza al no haberse recuperado plenamente todos los sectores empresariales del impacto de la pandemia”. Por ello, es importante que “los ciudadanos mantengan su consumo, que las empresas lleven a cabo sus inversiones y que la resiliencia del mercado laboral siga manteniéndose junto con la ejecución y liquidación de los Fondos Next Generation, determinantes en impulso del crecimiento económico de la región”.

De Margarida ha concluido afirmando que “la diferencia entre un crecimiento de la economía o un decrecimiento de la misma radica en encontrar el equilibrio adecuado de variables como la subida de los tipos de interés y la bajada de la inflación, pero sobre todo en gestionar bien los recursos públicos creando confianza en el ciudadano, que es la base de la riqueza y estabilidad de la sociedad”.