Fátima Villafañe, médico residente en el Río Hortega de Valladolid: “Los sanitarios vivimos un ambiente de decepción y preocupación”

  • Esta vecina de Aldeamayor de San Martín cuenta su experiencia con el Covid-19 desde que comenzó la crisis sanitaria hasta la actualidad
  • Sostiene que si la población no se conciencia de las medidas sanitarias, volveremos atrás como ya se está viendo como aumentan los casos

Fátima Villafañe Sanz.

Pueblosycomarcas.com@PueblosComarcas

La aldeamayorense Fátima Villafañe, médico residente en el Río Hortega de Valladolid nos ha concedido una entrevista en la que cuenta su experiencia con el Covid-19 desde que comenzó la crisis sanitaria hasta la actualidad. Como profesional sostiene que si la población no se conciencia de las medidas sanitarias, volveremos atrás como ya se está viendo como aumentan los casos. De hecho señala que los sanitarios viven un ambiente de decepción y preocupación tal y como se están desarrollando los acontecimientos.

Juan J. Villalba: ¿Me puedes contar en qué punto de tu formación como médico te encuentras?

Fátima Villafañe: En el momento actual soy residente de segundo año. No obstante, durante el inicio de la pandemia me encontraba a escasos 2 meses de terminar el primero.

J.J.V.: ¿Cuándo tienes tu primer contacto con el coronavirus?

F.V.: Cuando comenzó todo el problema con el coronavirus yo me encontraba en el hospital, concretamente desarrollando mi rotación en el servicio de neumología del Hospital Río Hortega.

J.J.V.: ¿En qué momento te das cuenta de lo que se avecina?

F.V.: Cuando se observó un aumento exponencial de ingresos en el hospital. Al principio, debido a la escasa información de la que disponíamos, pensábamos que la enfermedad por coronavirus (Covid: Coronavirus Disease) era una simple gripe que afectaba especialmente a las personas más susceptibles, pero según evolucionó la pandemia, nos dimos cuenta de que no era así y que su gravedad no era desdeñable.

J.J.V.: ¿Cómo fue la reacción?

F.V.: De preocupación. Veía que cada día que pasaba, el número de ingresos de personas con la enfermedad por coronavirus iba en aumento. Se desalojaron plantas de hospitalización con persona ingresadas por otras causas, para agrupar a los pacientes covid en ellas y mantenerlos separados del resto. Esta reubicación comenzó en un bloque determinado del hospital hasta que finalmente prácticamente todo el hospital estaba ocupado por personas con la COVID.

J.J.V.: ¿Cómo cambió tu plan de trabajo respecto al previsto?

F.V.: De manera sustancial. A mediados de marzo se suspendieron todas las rotaciones de formación sanitaria a excepción de las desarrolladas en los servicios de neumología y medicina interna. Por lo que yo, que me encontraba realizando la rotación en neumología, permanecí en este servicio hasta el 1 de abril, cuando se suspendieron todas.

Cada médico residente pasó a desarrollar la labor asistencial en su especialidad. Concretamente yo, al estar formándome como médico de familia, fui a mi centro de salud (Arturo Eyries) con mis tutores.

Las funciones que desarrollamos cambiaban en función de la evolución de la pandemia: al principio atendíamos el teléfono covid, que consistía en responder las llamadas de los pacientes que consultaban con síntomas compatibles y sospechosos de la enfermedad, de personas que habían contactado con enfermos, solicitábamos las pruebas correspondientes si es que era necesario y realizábamos el seguimiento diario de los pacientes con COVID. Asimismo realizábamos seguimiento, especialmente telefónico, a los pacientes con enfermedades crónicas. Además de lo anterior, atendíamos las Urgencias en el Hospital Rio Hortega. Se modificó la distribución de las guardias para poder dar un servicio lo más adecuado posible.

Cuando mejoró un poco la situación, desde la unidad de docencia del hospital se decidió reanudar nuestras rotaciones, por lo que el día 1 de junio se restauró nuestro plan formativo.

J.J.V.: ¿Cuál fue tu peor momento vivido en todos estos meses?

F.V.: El peor momento fue ver el gran volumen de pacientes que llegaban cada día al Servicio de Urgencias del hospital y el creciente número de hospitalizaciones. También fue mala experiencia ver como en algunos momentos escaseaban equipos de protección, la presencia de problemas con la homologación de los mismos, etc.

Además, aunque los casos sospechosos eran dirigidos a una zona separada del resto, en ocasiones atendíamos a pacientes que acudían por motivos diferentes a los que orientaban a una enfermedad por coronavirus sin el equipo de protección adecuado y cuando se les realizaba la prueba PCR para proceder a su ingreso nos sorprendíamos con que eran positivos.

J.J.V.: ¿Cómo valoras la campaña de apoyo a los profesionales de la sanidad de las 20.00 horas?

F.V.: Me pareció positivo que la población saliera a aplaudir a los profesionales de los servicios básicos, no solo a los sanitarios, sino a los policías, bomberos, técnicos de transporte sanitario, trabajadores de supermercados, etc. En este momento me decepciona ver que muchas personas que en su momento aplaudían ahora se quejan de las recomendaciones sanitarias que nos imponen para controlar el creciente número de contagios.

J.J.V.: ¿Y el comportamiento general de la población durante el estado de alarma? ¿Y concluido éste?

F.V.: Al principio parecía que la población era consciente de la gravedad de la situación que estábamos viviendo cumpliendo generalmente las recomendaciones, pero desde mi punto de vista, según va pasando el tiempo, parece que este miedo o respeto al virus va cambiando y muchas personas están incumpliendo las normas impuestas por las autoridades.

J.J.V.: Y llegando a la actualidad… ¿Cómo prevés el futuro?

F.V.: Creo que esta situación puede ser larga. Tenemos que concienciarnos y poner en práctica las medidas básicas que ayuden a reducir al mínimo el número de contagios (uso de mascarilla de manera adecuada, (nada de llevar la nariz por fuera o llevarla en el cuello), cambiar la mascarilla de manera frecuente, mantener la distancia interpersonal mínima de 2 metros, higiene de manos adecuada, etc).

Si la población no se conciencia de estas medidas, volveremos atrás. De hecho, ya estamos viendo como aumentan los casos.

J.J.V.: ¿Crees que ha servido de escarmiento lo vivido en estos meses (casi 4 meses confinados y más de 40.000 muertos) para no volver a tropezar en la misma piedra?

F.V.: Como comenté previamente, creo no. Lo vemos reflejado en los datos que se publican a diario.  Desde que terminó el Estado de Alarma a finales de junio, la situación no ha hecho más que empeorar.

J.J.V.: ¿Qué ambiente se respira entre los profesionales de la sanidad?

F.V.: Se vive un ambiente de decepción y preocupación. Vemos a diario que aumentan los casos nuevos y esto en una semana o quince días se verá reflejado en la ocupación hospitalaria.

J.J.V.: Dado que eres residente de Medicina de Familia y que estuviste en un centro de salud. ¿Cómo ves su funcionamiento actual?

F.V.: Es conocido el descontento generalizado entre la población al respecto del funcionamiento de los centros de salud. El hecho de que actualmente predomine la consulta telefónica busca evitar aglomeraciones de pacientes en un lugar cerrado y de pequeña capacidad.

Por esta razón, el propio médico es el encargado de gestionar su agenda asignando cita a aquellos pacientes que requieren ser valorados de manera presencial, en franjas horarias concretas evitando que dos pacientes coincidan en una sala de espera.

De todas maneras, tenemos que reconocer que ciertas consultas no requieren atención presencial, como la renovación de medicación u otros trámites de la receta electrónica, tramitación de bajas médicas, etc. En otros casos sí que es necesario que el paciente sea atendido presencialmente, pero esto queda al criterio de cada médico. Hay quienes no atienden presencialmente a casi ningún paciente y otros que hacen lo contrario.

J.J.V.: ¿Qué pruebas se hacen para diagnosticar la enfermedad?

F.V.: Hay varias pruebas que seguramente mucha gente habrá oído de ellas: la PCR, test inmunológico y test serológico rápido. Cada una de ellas está indicado que se realice en un momento determinado del curso de la enfermedad.

La PCR detecta el material genético del virus en las vías respiratorias. El test rápido es un test cualitativo que se realiza a partir de una muestra de sangre y en pocos minutos nos dice si el paciente tiene o no anticuerpos para la enfermedad. Finalmente está el test inmunológico, un test cuantitativo que, al igual que el test serológico se realiza a partir de una muestra de sangre y que aporta un valor numérico de los anticuerpos. El resultado de este test tarda varios días en estar disponible.

J.J.V.: ¿Y qué pasa si el resultado es positivo?

F.V.: Si el resultado de la PCR es positivo, quiere decir que tienes la enfermedad. Lo que tienes que hacer es mantenerte aislado en tu domicilio y comunicar a tu médico los contactos que has tenido desde dos días antes al inicio de los síntomas. En caso de que no tengas síntomas, debes de comunicar los contactos que has tenido desde dos días antes de la fecha del diagnóstico de la enfermedad.

J.J.V.: ¿Y qué se considera contacto estrecho?

F.V.: Se considera que una persona es contacto estrecho de un positivo cuando ha permanecido durante 15 minutos o más con una persona con PCR del virus positiva, a una distancia < de 2 metros.

J.J.V.: ¿Y qué tengo que hacer si soy contacto estrecho?

F.V.: Lo primero que debes hacer es mantenerte aislado en tu domicilio y comunicarlo a tu médico (si no se ha puesto ya en contacto contigo). Te solicitará la prueba PCR. En caso de que sea positiva, serás un caso y por tanto tendrás que mantener el aislamiento al menos durante 14 días y comunicar a tu médico, tus contactos y convivientes, quienes deben realizar cuarentena aunque no se les haya realizado ninguna prueba.

Si por el contrario eres contacto estrecho y la PCR es negativa, debes mantener el aislamiento durante 14 días. En algunas ocasiones pueden realizarte una PCR de nuevo al cabo de 10 días de la primera. En caso de esta segunda prueba realizada a los 10 días sea negativa, se levanta el aislamiento.