Estaciones de bombeo de aguas residuales en Aldeamayor de san Martín (E.B.A.R.s)

  • El área de Medioambiente del Ayuntamiento de la localidad ha emitido un comunicado en el que se explica lo ocurrido con un vertido de aguas fecales en uno de los arroyos de la Urbanización Aldeamayor Golf

 

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Tras los últimos acontecimientos ocurridos en la urbanización Aldeamayor Golf, con un vertido de aguas fecales a uno de los arroyos que cruz el sector, desde el área de Medioambiente del Ayuntamiento ha emitido un comunicado explicando qué es lo que ha ocurrido que se reproduce íntegramente a continuación.

“Ciertamente, Aldeamayor de San Martín es un municipio muy complejo de gestionar, tanto por la dispersión y extensión geográfica -y lo que conlleva- como por ciertas características que dificultan su administración: escasa pendiente, nivel freático somero en algunas zonas -sobre todo fuera de época estival-, elevada salinidad, distancia entre núcleos, etc.  

De este modo, las más de tres mil farolas y más de cuarenta cuadros eléctricos de alumbrado, centenares de bancos, papeleras y contenedores, treinta zonas de juegos infantiles con casi doscientos elementos, decenas de hectáreas de zonas verdes,… lo asemejan más a un municipio de la franja de diez mil a veinte mil habitantes de Castilla y León que a los escasos seis mil que oficialmente posee.

Especialmente complejo es todo lo relacionado con el ciclo hidráulico: decenas -si no centenares- de kilómetros de tuberías de abastecimiento y de colectores de saneamiento, cinco mil contadores de agua, trece estaciones de bombeo de aguas residuales, cuatro estaciones depuradoras de aguas residuales, dos potabilizadoras, cuatro depósitos de agua,…, problemático todo ello no sólo en cuanto a unidades, por muy vastas que éstas sean, sino en lo concerniente a la particularidad de cada una de ellas.

Si, por ejemplo, el abastecimiento de agua en verano se exprime al máximo para intentar satisfacer las puntas de demanda para, entre otros usos, llenado de piscinas y riegos de céspedes, en invierno sufren los rigores de las heladas; los colectores de la red de saneamiento se colmatan en invierno en días de grandes precipitaciones y en verano sufren la sedimentación de sólidos a causa de la práctica inexistencia de pendientes ni de lluvias, provocando olores en ocasiones, cuestiones que probablemente no son ajenas a otros municipios “medianos”, pero desde luego no con esta intensidad.

Posiblemente, junto con las E.T.A.P. (estaciones de tratamiento de agua potable) y los depósitos de agua potable, de riego y de incendios, en el ámbito que en estos últimos años se ha realizado un mayor esfuerzo de mejora ha sido en las estaciones de bombeo de aguas residuales (E.B.A.R.). Como se ha indicado anteriormente, a causa de la planicidad del municipio, Aldeamayor de San Martín dispone de trece: una en La Lanchuela (sin problemas reseñables desde hace más de un lustro, tras acometer una pequeña renovación), una en el Polígono “El Brizo”, otra en el lado oeste de la Urbanización “El Soto” (que ha planteado serios problemas hace no demasiados años, debido al aumento de la población de esa zona y al vertido de toallitas en la red, y sobre la que actualmente se está llevando a cabo un proyecto de ampliación y mejora) y diez en la Urbanización “Aldeamayor Golf”: Cubera I, II y III, Navas I y II, Médulas I y II, Raso de Portillo, Cardiel y Molinejo.

Así, desde la propia gestación de “Aldeamayor Golf”, por motivos que actualmente se antojan cuando menos cuestionables (en principio por los vientos dominantes y el posible arrastre de olores), la E.T.A.P. y depósitos de agua del sector se ubicaron al norte y la E.D.A.R. al sur, a una cota superior que la mayor parte del sector, con lo que hubieron de instalar en diversos puntos de la red de colectores de saneamiento una serie de estaciones de bombeo de aguas residuales (E.B.A.R.) que, salvando la cota, impulsasen el vertido hasta la E.D.A.R., de modo que allí éste fuera depurado y, atravesando nuevamente todo Aldeamayor Golf, de sur a norte, por el arroyo de La Pedraja, fuera evacuado en el extremo norte, pasando junto a la E.T.A.P.

Esas E.B.A.R. disponían inicialmente de dos bombas a las que, en algunas de ellas, las más críticas, como Molinejo, Cardiel, Raso de Portillo o Cubera III, que recogen a su vez el vertido de otras anteriores, hace décadas, se incorporó una tercera, más potente, llamada “de emergencia”, diseñada para evacuar -excepcionalmente- el vertido cuando hubiera grandes precipitaciones con las que no pudieran las dos ordinarias o para, en el caso de que una o las dos bombas se atascase o averiase y subiese el nivel de la poceta, desalojar el vertido al único punto próximo al que poder hacerlo: el canal más cercano (ya que la otra alternativa, si cabe peor, sería que el vertido rebose por las viviendas y/o por la propia calle). 

Ésta es la situación estructural en la que está diseñado y aprobado el saneamiento de la Urbanización “Aldeamayor Golf”, con lo que el esfuerzo municipal se centra desde hace años en evitar o reducir a la mínima expresión estos episodios. Por este motivo se ha instalado un moderno sistema de aviso, vía móvil, similar al empleado para comunicar averías en el abastecimiento de agua o en la depuración, que informa si alguna de las bombas puntualmente se atasca o si existe un corte eléctrico, y se han optimizado todos los cuadros eléctricos de los que dependen. También se han sustituido varias bombas, últimamente incorporando a la mayoría de estaciones una bomba trituradora; se efectúan limpiezas periódicas de colectores y de bombeos; etc.

Todas estas innovaciones no son una garantía de perfecto funcionamiento ni, por tanto, de inexistencia de riesgos, ya que existen algunas dificultades, añadidas a las ya de por sí complejidades existentes, que hacen más problemática la gestión: las más destacables son el depósito de toallitas y otros materiales con fibras (que no sólo producen atranques en los colectores y en las bombas, sino que llegan a averiarlas -incluso a las trituradoras-), la ausencia de precipitaciones durante semanas o meses, el vertido de aguas muy salinas procedentes del freático desde viviendas con bodegas o semisótanos (que, como pueda suceder en ambientes marinos, corroen todos los metales), etc.

 Si hace, unos años, todo este cúmulo de circunstancias provocaron molestias en el entorno de Calle El Cardiel, en el sur de “Los Aljibes” o el entorno de la EDAR de la Urbanización “El Soto”, afortunadamente sin que se hayan reproducido, recientemente, con una separación en el tiempo de diez meses, se han concitado en dos ocasiones en la estación de Calle Molinejo, que ha visto cómo se averiaban progresivamente las dos bombas de impulsión (retrasándose la reparación de la primera por los problemas mundiales de suministro de materiales), una de ellas trituradora, a causa de las famosas toallitas que continúan depositándose en la red, poniéndose por tanto en funcionamiento, de forma automática (no programada -de hecho, hace tiempo que se eliminó incluso el vertido en modo de prueba- -la bomba de emergencia se ha de poner en funcionamiento cada cierto tiempo para asegurar que funciona cuando tiene que funcionar-, mediante un bypass interior, que hace recircular el vertido), la tercera bomba, de emergencia, con el objeto de que no se inunden sótanos o existan vertidos de aguas residuales en viviendas o viales.

Ante esta situación puntual y esporádica, producida este pasado sábado, el Ayuntamiento de Aldeamayor de San Martín ha puesto todas las medidas a su alcance: aumentar la dotación de medios de limpieza destinados a la estación de bombeo, mediante camión, de modo que puedan minimizarse -si no evitarse- los momentos en los que la bomba de emergencia pueda entrar en funcionamiento, agilizar los plazos de reparación de las dos bombas averiadas, impulsar el alquiler de una bomba que pueda sustituir a las preexistentes (bastante específicas) y, a medio plazo, intentar disponer en almacenes de algunas bombas de repuesto para estas contingencias.

Tras años de experiencia con las infraestructuras hidráulicas municipales y conociendo su idiosincrasia, absolutamente nadie está en condiciones reales de garantizar que episodios de averías serias en una estación de bombeo (o en una estación depuradora o en un depósito de agua) no puedan volver a suceder, en siete días, siete meses o siete años, si bien con la optimización de los elementos de las mismas, un correcto mantenimiento y limpiezas periódicas -como viene haciéndose en estos años, con resultados apreciables en cuanto a la drástica disminución de episodios de inundaciones y/o vertidos-, el objetivo viable es que se produzcan el número menor de veces posible, lo más distanciadas en el tiempo y con la menor duración posible. Y este objetivo, año a año, se va cumpliendo, con muy contadas excepciones.

 La intención de esta extensa explicación no es restar importancia a las incidencias que puedan suceder, ni eludir responsabilidades, ni por supuesto cuestionar el enfado de los vecinos más afectados, que es lógico que expresen su malestar cuando este tipo de imponderables tienen lugar, sino informar mínimamente al común de la población de las complejidades de las infraestructuras y equipamientos municipales y de la dedicación y arduo trabajo llevado a cabo por el personal municipal y los profesionales y empresas responsables del mantenimiento de las mismas en aras a optimizar el funcionamiento de éstas, evitar en lo posible la aparición de averías y, caso de que éstas se produzcan, resolverlas con prontitud.

Sin pretender tampoco culpabilizar a los ciudadanos, es preciso concluir indicando que, del mismo modo que los problemas de abastecimiento de agua en verano se eliminarían casi por completo con un uso racional del recurso hídrico para riego de céspedes, o el rebosamiento de los contenedores de basura orgánica si envases, cartón y vidrio se depositaran correctamente en sus contenedores (y éstos se recogiesen con la debida frecuencia), en el caso de las estaciones de bombeo y de los colectores de saneamiento ocurriría lo propio si no se vertieran a los inodoros las famosas toallitas y otros elementos con fibras, que producen atranques en los colectores y atascos y averías en las bombas, traduciéndose éstas en inundaciones o vertidos. 

Con el trabajo en común entre la Entidad Local (mejorando bombas, adquiriendo otras de repuesto, ampliando más si cabe las horas de camiones de limpieza,…) y los propios vecinos, a buen seguro se podrá disfrutar progresivamente de un Aldeamayor de San Martín más habitable y, de paso, sostenible”.