El valenciano Juan Nieto se llevó el concurso de cortes de Laguna de Duero

El valenciano Juan Nieto, resultó ganador en el concurso de cortes celebrado en la tarde ayer domingo en Laguna de Duero. Nieto estuvo a punto de ser cogido por el novillo en dos ocasiones.

Carlos Cerro Santos

Con algo más de media plaza, y casi media hora de retraso, los jóvenes cortadores vestidos de goyescos salieron al albero del coso lagunero al son de los compases de la charanga de la peña El Fregao que amenizó el festejo.

Chicos llegados desde diferentes puntos de la geografía española como Museros (Valencia), Arganda del Rey (Madrid), Dueñas (Palencia), Peñausende (Zamora), Aranda de Duero, Medina del Campo, Simancas o Tudela de Duero, entre otros fueron quienes cortaron y quebraron a los bravos y bien presentados utreros de la ganadería de El Cahoso. Resultaron cogidos dos jóvenes, provenientes de Madrid y Cáceres, sin graves consecuencias ya que sus compañeros enseguida salieron al quite del novillo. Tan sólo fuen necesario aplicar tres puntos en el labio inferior a uno de ellos

Seis fueron los semifinalistas que lucharon por pasar al mano a mano de la final. En el primer grupo: Sergio de las Heras, Saúl Rivera y Roberto Llorente. En el segundo grupo: Asier Herrero, Juan Nieto y David Reguero.

Los finalistas fueron el tudelano Sergio de las Heras y Juan Nieto. En esta final el novillo rasgo el pantalón de Juan Nieto en el segundo de sus tres cortes, mientras que en el tercero, el pitón se enganchó en el ya rasgado pantalón quedando al joven valenciano en calzoncillos.

La clasificación final del concurso estuvo encabezada por Nieto seguido de Sergio de las Heras, Saúl Rivera, Asier Herrero en cuarta posición, Roberto Llorente y David Reguero como sexta mayor puntuación.

Tras el concurso, había prevista una exhibición de saltos y quiebros por tres de los concursantes, resultando casual y desgraciadamente cogidos anteriormente dos de los tres, por lo que solo un mozo fue quien la realizó. Saúl Rivera de Peñausende (Zamora), hizo vibrar al tendido con unas tandas de saltos muy vistosos, tanto que el público tocaba palmas sin parar para animarlo. A su fin, el de Peñausende se llevó una larga y emotiva ovación.

A continuación se soltó una vaquilla del Raso de Portillo para todos los aficionados asistentes.