El Servicio de Ayuda a Domicilio de la Diputación de Valladolid homenajea a cuatro matrimonios de usuarios por San Valentín

  • El objetivo es celebrar una vida en común y favorecer la creación de nuevos lazos sociales mediante una comida grupal

 

Pueblosycomarcas.com@PueblosComarcas

El Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) de la Diputación de Valladolid tiene como objetivo atender a las personas mayores y dependientes de la provincia para potenciar su bienestar y autonomía promoviendo las condiciones más favorables para que puedan permanecer en su propio entorno, disfrutando de unas relaciones de convivencia firmes y de un envejecimiento activo. Por ello, la labor diaria del SAD va más allá de las atenciones de carácter personal o doméstico, buscando también paliar la soledad no deseada y acompañar a las personas usuarias en sus proyectos de vida.

Así ha quedado patente con iniciativas recientes como “Saboreando recuerdos” (libro de recetas conformado por las elaboraciones de los usuarios de nuestros pueblos) o “Sueños y deseos” (por la que se hicieron realidad las ilusiones de 18 personas el pasado año) a las que ahora se suma la celebración de San Valentín con cuatro matrimonios de usuarios del servicio mediante una comida grupal.

Se trata de Carmen y Marín (Santibáñez de Valcorba); Elisa y Julio (Cigales); Telesfora y Otilio (Íscar) e Isabel y Eusebio (Pedrajas de San Esteban).

Quienes llevan más años juntos son la pareja cigaleña, con 66 años de matrimonio y ocho de noviazgo. Les siguen los iscarienses con 72 años de unión cuyo fruto ha sido la formación de una familia de la que dicen estar “muy orgullosos” y los santibañejos con 68 años juntos, un tiempo tras el cual “se siguen queriendo como el primer día”. Finalmente, el matrimonio de Pedrajas suma 62 años de relación. “Toda una vida”, como ellos mismos dicen.

Con esta actividad el Servicio de Ayuda a Domicilio de la Diputación y la filial de Clece dan un nuevo paso en beneficio de las personas mayores de la provincia y refuerzan su compromiso con su bienestar global en el que, además de los cuidados que cubre el SAD, se tiene en cuenta las necesidades afectivas y sociales de sus usuarios para garantizarles un apoyo completo y de calidad.