EL SECTOR DEMANDA UNA REGULACIÓN MÁS EXHAUSTIVA DE LA INDUSTRIA DEL CORTOMETRAJE EN LAS CONVERSACIONES DEL BALNEARIO

Representantes de diversos colectivos y plataformas se han dado cita en la 29 Semana de Cine para dialogar sobre su situación actual y la carencia de un marco legal adecuado para el cortometraje, eje de numerosos festivales cinematográficos en nuestro país que apuestan por el género

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El Palacio-Balneario de las Salinas ha servido como marco un año más para uno de los encuentros profesionales enmarcados en la programación de la Semana de Cine de Medina del Campo, que celebra su vigésimo novena edición desde ayer viernes y hasta el próximo sábado 19. El emblemático espacio ha acogido esta mañana una mesa redonda titulada ‘En busca de un marco legal para el cortometraje español’, en el que varios profesionales de la industria han debatido sobre la situación actual del cortometraje y la carencia de un marco legal adecuado que lo regule.

El acto ha contado con la participación de Pablo Menéndez, secretario de la Asociación de la Industria del Cortometraje; Eduardo Ovejero, presidente de la Plataforma de Nuevos Realizadores; Javier Muñiz, director del Certamen Internacional de Cortos ‘Ciudad de Soria’ y secretario de FECCYL (Federación de Festivales de Cine de la Comunidad de Castilla y León); y Bernabé Rico, presidente de la Coordinadora del Cortometraje Español. Ismael Martín, distribuidor de la ECAM (Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid). Como ha señalado Rico, los participantes en la mesa representaban a «todos los implicados en el cortometraje, desde directores y guionistas hasta productores, distribuidores, intérpretes y el propio público».

Entre los puntos que se han abordado en la sesión, destacan los elevados costes de profesionalizar la creación audiovisual y la licencia de calificación de edades, que evidencia la falta de rigor en la regulación y el desconocimiento por parte de los propios creadores que ello provoca. Como ejemplo, Muñiz ha señalado que «sólo el 10% de los cortometrajes que se producen en España al año cuentan con una calificación por edades, que supone una gran inversión para el realizador y que tan sólo es imprescindible para la selección para los premios Goya». «Por desgracia, muchos cortometrajes se quedan en el disco duro del director o el productor», ha comentado Menéndez, lo que supone que, como ha apuntado Muñiz, «se esté perdiendo una gran riqueza cultural porque tampoco existe un registro de la creación audiovisual».

Otro de los temas que se ha abordado en el encuentro ha sido una reciente modificación en la ley, que exige que, para obtener la nacionalidad española de cualquier producción audiovisual, el 75% del equipo artístico debe ser español, además del director y el productor. Martín destacó que, en este sentido, «la ley desprotege a los creadores. Hay un caso muy paradigmático, como es el de ‘The Fisherman’, de Alejandro Suárez Lozano, en el que el actor, el único actor, es norcoreano, por lo que el 100% del equipo artístico es extranjero. La película no sólo no es española, sino que figura como ‘de nacionalidad indeterminada’».

Los participantes han puesto en valor la existencia de citas que apuestan por el cortometraje, como la Semana de Cine, que permiten difundir los proyectos cinematográficos y fomentar la creación de públicos. En este sentido, Javier Muñiz, director del Certamen Internacional de Cortos ‘Ciudad de Soria’, ha apuntado que «el cortometraje es una forma totalmente necesaria de hacer cine y los festivales tiene la obligación de apoyar a los creadores». Sin embargo, ha añadido que el trabajo no puede ser únicamente de los festivales, sino que «es imprescindible que el Ministerio de Cultura y el ICAA, el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, afronten la realidad actual del cortometraje y promuevan una ley que no esté obsoleta como la actual, que ni siquiera tiene en cuenta la producción digital». A este respecto, Menéndez ha señalado que «el cortometraje siempre está apartado, como en un underground», debido a que no existe una comercialización en sala de las películas.