¡El Rey ha abdicado! Viva El Rey!

Producidas ya las intervenciones para el pueblo español ante TV tanto del Presidente del Gobierno, como de S.M. el Rey, anunciando y explicando, respectivamente la  abdicación del Monarca, no podemos por menos  de  dejar clara la posición de nuestro humilde periódico.

Pueblosycomarcas.com@PueblosComarcas

Reconocemos y valoramos como altamente positivo que en un día de absoluta normalidad, sin la presión de acontecimientos trágicos o tumultuarios, se haya producido la  comunicación entre  el  Monarca y el Gobierno de la Nación para poner en marcha los mecanismos constitucionales que ordenarán  una transición  rápida  y eficaz en la Jefatura del Estado en la persona  del nuevo  Rey D. Felipe VI.

D. Juan Carlos  ha dado una explicación  basada precisamente   en la necesidad de  prestar un último servicio a la Nación: la sucesión generacional ordenada para   tener una nueva visión de los tiempos  actuales y  soluciones  desde la Corona , encarnada por un Rey  JASP , joven  aunque  sobradamente  preparado.

Es justo reconocer que con D. Juan Carlos I  todos los españoles han disfrutado de uno de los reinados  más largos y pacíficos de nuestra historia, y por supuesto dentro de los parámetros de lo que  en nuestros días conocemos como  Democracia.  Quienes ya peinan canas, saben bien  cuál es el servicio prestado: donde había oscuridad  se hizo la luz; donde había silencio  se  oyeron las palabras de todos; donde todo era uniformidad  se alegró de los colores  más diversos; y todos, como en un gran plaza pública , pese a nuestras diversidades  nos reconocimos un día como hermanos, y decidimos mirar para  adelante y juntos  emprender un nuevo camino. En  esta empeño  fue decisiva  la voluntad  de la Corona; tuvo en sus manos todo el poder, y todo el poder lo dejó en  manos de las Cortes Generales para  formar una Constitución  que,  entre otras cosas, despojaba del poder  de gobierno al Rey ; y fuimos  hacia la fórmula  tradicional de “ El Rey reina pero no  gobierna”.

La monarquía con ser  una institución  de raíz  carismática  e histórica en su legitimidad,   ha sabido  congraciarse con la legitimidad democrática  sometiéndose a  su regulación en las constituciones de todos los Estados que tienen como forma de gobierno La Monarquía Constitucional o Parlamentaria  ha dado  a  sus  pueblos estabilidad institucional,  continuidad  histórica,  y seguridad   en que las  más altas  responsabilidades  del Estado  se   ejercen   en pro de la Nación.  Esta legitimidad  histórica y democrática   es la que el pueblo español,  vía referéndum  constitucional, ha querido que sea  el fundamento de la Jefatura del Estado.

Hoy cuando ya  están  convocadas manifestaciones a favor  de la III República conviene advertir que tenemos  Constitución, Gobierno, y Leyes para  regirnos, y que por mucho  que unos miles o decenas de miles  griten, la soberanía recae en la totalidad de pueblo español de manera indivisible, y por tanto, nada hay que  hacer sobre unas manifestaciones legítimas pero carentes del poder democrático y soberano que solo compete  al pueblo español, y sus instituciones representativas.

Es de esperar que todos, absolutamente todos los partidos, acaten el orden constitucional vigente, que no es más que la  voluntad soberana del pueblo español.  Y también que presten  al nuevo Rey, D. Felipe VI,  la lealtad a que tiene derecho, no por sí mismo, sino porque encarna  la Institución  que el Pueblo Español  ha querido colocar en lo más alto de la organización del Estado como elemento de identidad, unidad, y continuidad histórica de nuestra Nación.

Hoy más que nunca: Viva España, Viva la Constitución, y Viva el Rey