De Margarida: “La alta incertidumbre alerta un decrecimiento económico”

  •  “Aunque se produzca una gran desaceleración de la economía en el último semestre de 2023, la sensación de alarma no existe por parte del Gobierno, empresas y ciudadanos”
  • “Nos enfrentamos a un horizonte económico muy complejo con una economía muy volátil, insegura y preocupante, lo que provoca una gran incertidumbre”

 

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Ayer martes, el Servicio de Estudios Económicos (ECOVAEstudios) presentó el Observatorio Económico de Castilla y León correspondiente al segundo trimestre del año 2023, donde se ha constatado “un crecimiento débil y una inflación elevada que están provocando una desaceleración económica con alta incertidumbre”, a lo que su Director, Juan Carlos De Margarida, ha añadido que “la recuperación será lenta y muy pausada en el tiempo”.

Las variables analizadas por ECOVAEstudios enfatizan que “el crecimiento económico en la región que venimos arrastrando se ha mantenido con ciertos vaivenes de inestabilidad, aunque va a comenzar a desacelerarse a causa de las políticas monetarias restrictivas impuestas por el BCE y a causa de la contracción de la economía china, así como otras economías emergentes, que causarán un “efecto dominó” en Europa y, por tanto, en Castilla y León, región donde más del 70% de sus exportaciones se dirigen a la UE”.

En cuanto al mercado de trabajo, De Margarida ha reseñado que “comienza a dar síntomas de desaceleración” a lo que se le debe sumar “una región que sufre un estancamiento de la población junto a un alto envejecimiento que, sin duda, se agravará en un futuro salvo que se produzcan incrementos sustanciales por parte de población extranjera”. Los problemas en la población repercuten directamente “en sus cuentas públicas, aumentando partidas presupuestarias como el coste sanitario o los cuidados asistenciales, lo que puede provocar un incremento exponencial de la deuda si no crecen a la par los ingresos”.

Por otro lado, el sector empresarial, tal y como apunta ECOVAEstudios, “está viendo incrementados sus costes de mano de obra, lo que lleva consigo una reducción notable de los márgenes y beneficios que, sin duda, se traslada al consumidor”.

En cuanto a las variables sobre deuda pública, el Observatorio de este trimestre ha precisado que “existe una política economía expansiva que desestabiliza la economía de España y de la región sin visos de solución, puesto que existe una clara irresponsabilidad a la hora de gestionar los recursos públicos, lo que provoca que lo coyuntural se transforme en estructural”. En este sentido, “las variables temporales que hicieron incrementar el volumen de deuda, como fueron la pandemia y la crisis energética debido a la Guerra de Ucrania, provocaron datos a niveles históricos”.

Durante la mañana de hoy también se ha tratado la situación de la inflación, “ya que se está manteniendo en niveles altos durante demasiado tiempo con el consiguiente riesgo de entrar en recesión”, ha afirmado el Director.

Por todo ello, y como conclusión, Juan Carlos De Margarida ha sentenciado que “nos enfrentamos a un horizonte económico muy complejo con una economía muy volátil, insegura y preocupante, lo que provoca una gran incertidumbre”. Los datos avalan una región que “se ha mantenido resiliente hasta el momento por la recuperación del PIB y un comercio exterior pujante”. No obstante, “existe una tendencia estructural de la economía de la región con miras al 2024 y 2025 nada halagüeña, algo que se debe al comienzo de una desaceleración continuada sin acometer las reformas estructurales necesarias y sin un control exhaustivo del gasto y del déficit público, momento en el que ahora nos encontramos”.

En cuanto a las perspectivas de futuro, existen “unas realidad que hay que afrontar, como es el retorno al cumplimiento de las reglas fiscales en 2024, la reducción drástica del gasto público o una minoración de la deuda pública”, ya que la realidad actual nos lleva hacia “una posible recesión técnica que pudiera estar “a la vuelta de la esquina”, por lo que todo depende de cómo se actúe tanto a nivel nacional como europeo, siendo lo más preocupante la poca o nula capacidad de respuesta que podrían tener los Gobiernos nacionales y regionales”, ha vaticinado De Margarida.

A pesar de ello, “aunque se produzca una gran desaceleración de la economía en el último semestre de 2023, la sensación de alarma no existe por parte del Gobierno, empresas y ciudadanos, que son el verdadero motor de la economía a través del consumo, y esto es un grave problema”, ha declarado De Margarida. En este sentido, ahora más que nunca “es necesaria la prudencia para afrontar la realidad socioeconómica sin fisuras y el sentido común para saber soportar los vaivenes futuros”, ha concluido.