Cobos visita el helipuerto de Quintanilla de Onésimo y agradece la labor de su personal

  • El operativo de lucha contra incendios para este periodo estival en Valladolid está integrado por 229 profesionales y cuenta con 12 puestos de vigilancia, ocho cuadrillas, seis autobombas y un helicóptero

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El delegado territorial de la Junta, Augusto Cobos, ha visitado esta mañana el helipuerto de Quintanilla de Onésimo para valorar el trabajo diario que desempeñan en este centro, que está integrado en el operativo de prevención y lucha contra incendios desplegado por el Ejecutivo autonómico por toda la Comunidad. Cobos ha aprovechado para informar sobre el desarrollo en la provincia de Valladolid de dicho operativo, que en esta campaña ha adaptado todos sus procedimientos y protocolos para que se ejecuten con las condiciones de seguridad que marca la covid-19.

Durante la visita, en la que ha estado acompañado por la jefa del Servicio Territorial de Medio Ambiente, María Dolores Luelmo, y técnicos responsables del operativo, el delegado territorial ha asistido a la ejecución de un simulacro de actuación por parte de sus profesionales, a quienes ha agradecido la labor que realizan, en especial durante los meses de verano, considerados por la Junta como época de peligro alto. La base de Quintanilla de Onésimo es operada por un helicóptero con cuadrilla helitransportada formada diariamente por dos turnos de ocho horas con un técnico o capataz más cuatro peones especialistas en cada uno.

La campaña para este verano en la provincia está integrada, como puntualizó Cobos, por 229 profesionales entre las ocho cuadrillas de tierra y helitransportadas, pilotos y mecánicos, conductores y peones de autobombas, vigilantes en torres y operadores del Centro Provincial de Mando (CPM) así como técnicos de guardia, operaciones y apoyo. Cuenta, además, con 24 escuchas de incendios y 12 puestos de vigilancia en Pesquera de Duero, Arenas (Portillo), Esguevillas de Esgueva, Mojados, Carrascal (Quintanilla de Onésimo), Olmedo, Villabañez, Tordesillas, Monteblanco (Valladolid), La Santa Espina (Castromonte), Castillo de Íscar y Mucientes. Asimismo, el operativo contra incendios forestales dispone de seis autobombas con dotación de conductor y peón manguerista, compuestas por 28 trabajadores durante el día y estando la del Vivero de Valladolid en turno de noche.

Cabe recordar que este operativo es de carácter regional, lo que permite trasladar los medios con los que cuenta la Comunidad según las necesidades de cada provincia y teniendo en cuenta el riesgo existente. De mantener esta coordinación interna se encarga el Centro Autonómico de Mando (CAM), ubicado en Valladolid, estando en permanente contacto con la Sala de Emergencias del 112 y con los nueve Centros Provinciales de Mando (CPM), situados en las delegaciones territoriales, así como con el resto de administraciones central, autonómicas y locales.

INCENDIOS

El número de incendios contabilizados este año, a fecha de 7 de julio, en la provincia vallisoletana es de 54, siendo 35 de ellos no forestales y afectando a 118,79 hectáreas, de las cuales solo 0,63 corresponden a superficie arbolada.

Durante el pasado año, Valladolid registró 106 incendios, siendo la mayoría de ellos conatos y afectando a un total de 246,81 hectáreas, sobre todo agrícolas. En el último lustro, la provincia contabilizó una media anual de 91 fuegos, con una mayor incidencia en superficies de menos de una hectárea y desarboladas. Como resultado de la labor de las Brigadas de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) se conoce que más de un 40% de los fuegos de 2019 tuvieron un origen intencionado y cerca de un 30% fueron una negligencia. Además, ocho estuvieron ocasionados por accidente, cinco por un rayo y dos por reproducción, con otros 16 por causa desconocida.

RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL

El delegado territorial hizo un llamamiento a la responsabilidad individual y solicitó la colaboración ciudadana, máxime en un verano con un aumento previsible del turismo interior y de las actividades al aire libre, para extremar las precauciones y sortear las imprudencias al recordar que más del 90% de los incendios que se producen en la provincia derivan de la intervención del hombre y, por tanto, se podrían evitar.

Segar y desbrozar el entorno de las zonas habitadas antes de que se agoste es una actuación especialmente relevante este año debido a que las favorables condiciones meteorológicas, con lluvias frecuentes en primavera y temperaturas altas, han propiciado el desarrollo de la vegetación anual y de las malas hierbas. A esto se suma el confinamiento de la población por el coronavirus, que ha retrasado los trabajos de desbroce y limpieza. La importancia de esta medida se acrecienta en los entornos periurbanos y zonas agrícolas, prueba de ello es que durante las últimas semanas Valladolid ha sufrido una veintena de incendios en estos espacios.

Entre las recomendaciones habituales para la época de peligro alto están la atención en labores de apicultura en días de viento, la precaución en la utilización de herramientas que generan chispas en el medio natural o agrícola y la máxima atención durante la cosecha de cereal sobre todo los días con altas temperaturas y fuertes vientos, que se complementan con la prohibición de hogueras fuera de los lugares autorizados.