Cientos de vecinos de Aldeamayor aprovecharon la festividad de San Pedro Regalado para pasar el día en Compasco

Como cada 13 de mayo, los pinares de la zona de Compasco se llenaron para disfrutar de un día de campo. Muchos de ellos también aprovecharon para asistir a la misa en honor de la Virgen de Compasco, patrona de la localidad, que como cada año en esta fecha se celebra dentro de la coqueta ermita.

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Desde que allá por 2002 el Ayuntamiento de Aldeamayor comenzara a invertir ingentes cantidades de dinero en recuperar la antigua arenera de Compasco y  todo el entorno de la ermita dotando al paraje de un gran número de merenderos, barbacoas y otro tipo de instalaciones lúdicas, deportivas, etc., raro es el fin de semana, que si el tiempo acompaña, decenas de personas se trasladan hasta allí para disfrutar de un día de campo y de un pincho de tortilla. Pero además, hay dos fechas que por su especial trascendencia y por el fervor a la patrona de la localidad, la Virgen de Compasco, son marcadas en el calendario como fechas de obligada peregrinación hasta allí: el primer domingo de septiembre, día grande dedicado a la Pinariega, calificativo con el que los oriundos de Aldeamayor definen a Nuestra Señora de Compasco y el 13 de mayo, festividad de San Pedro Regalado.

Como cada 13 de mayo, que en este 2014 cayó en martes, se repitieron las mismas escenas de otros años: el continuo arribar de vehículos y caminantes aproximándose a la zona, el grupo de socias de la Asociación Española Contra el Cáncer realizando la tradicional cuestación en el atrio de la ermita  por décimo cuarto año consecutivo y el rosario de feligreses que poco a poco fueron llenando hasta no caber un alma el interior de la ermita para escuchar la palabra de Dios en una ceremonia que en esta ocasión fue concelebrada por Miguel Ángel Vicente, párroco local, al que desde Pueblosycomarcas.com queremos enviar un abrazo y nuestro pésame por la reciente pérdida de su madre,  y por los hijos de la villa Julio de Miguel y Celso Prieto, párrocos de Viana de Cega y de la iglesia del Henar de Valladolid respectivamente. En la primera fila, Gerardo Pérez Prieto, mayordomo de la cofradía de Compasco, Ángel Sanz y Esteban Sanz portaban las varas de la misma.

Tras la misa, a la que la Salve Castellana puso el epílogo, se pudo disfrutar de un piscolabis en unas de las dependencias de la ermita, si bien muchos otros aposentados en algún merendero ya lo estaban haciendo desde hacía un buen rato…y continuarían hasta bien entrada la tarde.