Aldeamayor y Viana festejaron la festividad de San Roque

Como patrón de ambas localidades, las respectivas parroquias celebraron misa y procesión con la imagen del santo arropada por el toque de las dulzainas y los bailes en su honor.

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Los más madrugadores fueron los aldeamayorenses. A las doce del mediodía, y una vez que hicieron acto de presencia las autoridades locales, se inició la solemne misa concelebrada por el párroco local y arcipreste de Pinares, Miguel Ángel Vicente, y el fraile carmelita e hijo de la villa, Celso Prieto, y cantada por el coro Virgen de Compasco. En la homilía, Prieto centró sus palabras en aspectos tan importantes como la biografía del propio santo, paradigma católico de caridad cristiana y servicio al prójimo cuyo ejemplo está siendo hoy imitado por personas que están haciendo frente a otra peste que es el ébola en África; en la importancia de la convivencia entre los vecinos de una comunidad recordando los episodios acaecidos en la localidad en 1924 y conocidos como “La Cuestión” y en tercer lugar, y quizás lo más importante a tener en cuenta, el respecto a la tradición y al aspecto católico que motivan las fiestas patronales dando, a los actos en honor al santo, el lugar e importancia que merecen. Tras la misa se abrieron las puertas para que la imagen del santo recorriera las calles y fuera honrada con música y danzas.

Media hora más tarde, y también con la presencia de la corporación local con su alcalde, Alberto Collantes, a la cabeza, se inició en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción la misa en honor al patrón cantada por el grupo local Albares. También salieron a relucir a lo largo de la ceremonia alusiones a la vida, obra y milagros del santo nacido en Montpellier. Tras la misa, una larguísima fila de danzantes, siempre de frente al santo, bailaron una tras otra las piezas que tocaban Dulzaineros de Viana instigados cinto en mano por José Pérez ‘Recortes’ hasta que una vez de regreso al templo, y antes de que la imagen del santo fuera introducido en él, las mismas filas se transformaron en dos ruedas de almas concéntricas que danzaron alrededor de la talla del santo.