Pablo Trillo visita la planta deshidratadora de forrajes de COFOCYL, en Santervás de Campos
La cooperativa COFOCYL se dedica a la deshidratación de forraje y otros productos agrícolas y tiene una producción anual de 50.000 toneladas, de la que el 50% se exporta a los Emiratos Árabes Unidos.
El delegado territorial de la Junta, Pablo Trillo, ha realizado hoy una visita a la planta deshidratadora de forrajes que la Compañía Forrajera de Castilla y León (COFOCYL) gestiona en Santervás de Campos, junto al gerente de la misma, Felipe González, y al alcalde de la localidad, Santiago Baeza. El delegado visitó también otras instalaciones municipales como el ayuntamiento, la iglesia de San Gervasio y san Protasio o el albergue de peregrinos donde el consistorio planea establecer un museo en honor de la figura más célebre del municipio, el descubridor de La Florida Juan Ponce de León.
Durante la visita, Pablo Trillo se interesó por todo el proceso productivo y comercial de la compañía, que tiene una producción anual de 50.000 toneladas y factura nueve millones de euros al año. Además, la mitad de sus productos son exportados a los Emiratos Árabes Unidos, vendiéndose el resto en territorio nacional. El gerente ha explicado que la alfalfa que les llega es sometida a ese proceso de deshidratación con el objetivo de “darle un valor añadido” y dejarla en las mejores condiciones de ser consumida por el ganado, hecho para el cual trabajan 24 horas al día en tres turnos. Ello hace a su vez que la leche producida por las vacas a las que llega el producto sea de una mayor calidad. La actividad está tan en auge que ya son 80 las empresas españolas dedicadas a la deshidratación de forrajes, siendo su labor reconocida a nivel internacional. Tan es así que China ha mostrado interés en importar el producto y se ha abierto un proceso en el que 24 compañías -COFOCYL entre ellas- han iniciado los trámites para vender su mercancía a dicho país.
Producción controlada
La alfalfa procesada en las instalaciones de COFOCYL está libre de organismos genéticamente modificados, al proceder en su totalidad de agricultores de la zona que utilizan semillas certificadas para su cultivo. Tampoco existen en el municipio explotaciones ganaderas que pudieran ser focos de contaminación.
La compra se realiza mediante contrato con los agricultores, a los que se beneficia según la calidad del producto entregado, lo que favorece el control por ellos mismos de la presencia de malas hierbas. La producción se controla en un ‘Cuaderno de campo’, que debe ser presentado a la firma del contrato, en el que se registran todos los tratamientos fitosanitarios realizados y que sirve para verificar que todos ellos se han hecho conforme a la legislación. Los proveedores están obligados también a realizar un código de buenas prácticas agrícolas.
La manipulación y almacenamiento de la producción están sometidos a un protocolo de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPCC), que contempla todas las medidas para evitar cualquier contaminación microbiológica en la producción y permite el control de plagas en el almacenamiento. Todo este protocolo se aplica también en el etiquetado, transporte y sistema de trazabilidad.
Al finalizar la visita, Trillo ha celebrado ante los medios que COFOCYL se haya convertido en tiempo récord -se constituyó como sociedad limitada en 2006- en una “empresa emblemática” del sector y de la región de Tierra de Campos y haya pasado de emplear a siete trabajadores a contar con una plantilla -entre fijos y autónomos- de medio centenar de personas.
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